Que no traigan más
hijos al mundo quienes no pueden mantenerlos ni acompañarlos emocionalmente.
Róbinson Araújo es un desmovilizado al que las Farc
sacaron de sus filas porque en realidad era un “simple traqueto”. Así lo dice
un artículo sobre Tumaco publicado el 13 de mayo en la revista Semana. Aterrada
por el dato de que Róbinson, a sus 45 años, tiene 16 hijos, lo llamé. Me
contó que sus hijos son de 14 mujeres. Le pregunté si se haría la vasectomía
para no traer más hijos al mundo, que no puede mantener ni acompañar
emocionalmente.
Su respuesta fue que ha visto
“muy enfermo” a un tío que se sometió a ese procedimiento y que “dejar a una
mujer sin hijos es como dejar a un árbol sin frutos”. Pero aclaró, con tono de
hombre responsable, que no se ha opuesto a las que han querido abortar, no sin
antes advertirles que “donde come uno comen diez”.
Según la más reciente Encuesta
Nacional de Demografía y Salud (2015), aunque el 79,5 por ciento de los hombres
en edad reproductiva saben que la vasectomía existe, solo el 5 por ciento se la
han hecho, y el 10 por ciento han hablado de este método con un profesional de
la salud. Pobres cifras, no obstante que el procedimiento, además de ser
ambulatorio, está cubierto por el plan obligatorio de salud. Según el
Ministerio de Salud, 62.000 hombres se hicieron la vasectomía en Colombia entre
2009 y 2016, a un costo de 18.000 millones de pesos para el sistema público.
Gran ahorro, ya que si esos
machos valientes que desafiaron el mito de perder su virilidad por ‘cortarse
los cables’ hubieran dejado abierta la fábrica, por cada hijo que tuvieran, y
que no pudieran mantener, el Estado habría tenido que asumir un costo promedio
de 52’670.014 pesos por subsidiar solo la salud y la educación de cada uno
hasta los 18 años (cifras del DNP). Más de 3 billones de pesos en caso de que
cada vasectomizado hubiera tenido un hijo más.
Prefiero que mis impuestos se
usen en vasectomizar a esos machitos, igual que se esteriliza a los perros
callejeros (a fin de cuentas, son un problema de salud pública)
Volvamos a los 16 hijos de
Róbinson. El menor tiene 7 meses y el mayor, 29 años. Él no los ha podido
mantener porque “el Estado no colabora”, dice. Y aun así, 6 han logrado
graduarse del colegio y 3 estudian en el Sena. Róbinson me anuncia –me amenaza,
diría yo– que tendrá más hijos si ahora que es desmovilizado el Estado le da
una tierrita. Sueña con compartirla también con sus nietos, que ya son 8.
Cuelgo el teléfono más exhausta que si me hubiera batido en la cama con este
macho aparentemente irresistible, frustrada porque no logré ni dejarlo pensando
en hacerse la vasectomía. Ruego que el próximo médico con el que se encuentre
lo persuada hasta convencerlo de que eso sería lo mejor; y pido para que su
ejemplo de pandillero, traqueto y 'pipí loco' no lo herede su prole.
Y dado que me explica que no es
que él sea irresponsable, sino que esa es la tradición en el Pacífico, calculo
el costo de subsidiar a los 3.408 bebés que nacieron en 2016 en ese municipio y
concluyo que a ese ritmo nunca habrá luz al final del túnel para Tumaco. Decido
por eso que prefiero que mis impuestos sean usados en vasectomizar a esos
machitos, igual que se esteriliza a los perros callejeros –a fin de cuentas,
son un problema de salud pública–. Y no hablo solo de los pobres de Tumaco,
sino de otros, como algunos poderosos del estrato 6 que no necesitan subsidios
pero le dejan a la sociedad el costo de no tener tiempo para criar a sus
retoños, entre otras modalidades de paternidad irresponsable.
Así inicio este espacio quincenal
en EL TIEMPO. Habitualmente les daré razones por las que creo urgente promover
una política de planificación familiar audaz. Y no me hablen de derechos
humanos, que no estoy sugiriendo violarlos.
¿En qué quedamos? Este video
grafica cómo se hace una vasectomía:
Véanlo, sean machos y hágansela.
Les aseguro, por experiencia, que quedan 1A.
Opinión:
Aquí, es claro que la planificación es algo también de los hombres, y
que son ellos, sobre todo, quienes más podrían corroborar con el asunto, pero
no mientras por más hijos esperen ayudas y beneficios del gobierno; de verdad
me enoja este hecho, pero me enoja más el Estado y el gobierno porque es él
quien hace que las personas piensen de esta manera; la vasectomía sería una
excelente forma de evitar más embarazos no deseados, más vidas perdidas, más
desesperanza, etc. Ojalá a los hombres que les encante estar con la una y con
la otra, tomaran conciencia de la trascendencia que pueden llegar a tener las
consecuencias de sus actos, que no solo lo afectan a él sino a todo el mundo.
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