Que las mujeres dejen de pensar que el hombre no es capaz de cuidar a
los hijos tan bien como ellas.
El informe ‘Estado de la
paternidad en América Latina y el Caribe’ revela que dos de cada tres padres
desean trabajar menos para dedicarles más tiempo a sus hijos, o sea, quieren
ser 'papasotes'. Una buena señal en medio del estereotipo que asigna a la
paternidad el rol de proveedor económico y a la maternidad, el de proveedora de
cuidados.
El estudio cita otros estudios
que mostraron que “los padres que mantienen interacciones cercanas, no
violentas, con sus hijos viven más tiempo, tienen menos problemas de salud, son
menos propensos al abuso de alcohol y drogas y más productivos en el trabajo”.
Y que “cuando un hombre toma a su bebé en brazos, según la duración e
intensidad del contacto, aumentan sus niveles de oxitocina y prolactina,
hormonas que son análogas a las que liberan las mujeres cuando están lactando”.
¿Será posible llenarnos de papasotes?
Habría que hacer tres cambios.
Primero, que los empleadores
permitan ausentarse a los trabajadores cuando sus hijos se enfermen, tengan
entrega de calificaciones, o para asistir a los controles y talleres
prenatales, entre otras actividades.
Segundo, que las instituciones de
salud creen ambientes más amigables para los hombres y traten a los padres como
actores vitales de la gestación y crianza, en vez de como simples acompañantes
de las mamás.
Tercero, que las mujeres se lo
permitan, que dejen de pensar que el hombre no es capaz de cuidar a los hijos
tan bien como lo hacen ellas. Estas son conclusiones del estudio arriba
mencionado, que advierte que los permisos a los hombres redundarían en menos
permisos para las mujeres, pues la crianza estaría repartida, y ello llevaría a
que muchas de ellas no tengan que renunciar a sus empleos cuando se vuelven
madres.
Que las instituciones de salud
creen ambientes más amigables para los hombres y traten a los padres como
actores vitales de la gestación y crianza, en vez de como simples acompañantes
de las mamás
Sobre la segunda recomendación se
da como ejemplo algo sencillo, como mostrar hombres con sus hijos en afiches,
folletos y decoración de los centros de salud, y algo complejo, como ofrecer
consultas prenatales en horarios nocturnos, adecuar las salas de parto para que
los hombres siempre puedan estar presentes, o extender la licencia posnatal
para hombres, incluso a 3 meses, como en Islandia.
Y ante la tercera recomendación,
se insta a que las mujeres encuentren los beneficios de dejar que sus papasitos
sean papasotes, es decir, que cambien pañales, saquen gases y ayuden a hacer
tareas. Por ejemplo, una comparación entre parejas con y sin roles de cuidado
repartidos arrojó que las mujeres cuyos cónyuges también se encargaban del
hogar pudieron dormir una hora más al día.
Seguir estas tres recomendaciones
reduciría el índice de castigo físico a los hijos, más infligido por mujeres
que por hombres, dicen ellas que por el estrés de la crianza, derivado de la
falta de apoyo de sus parejas para esta. También haría reducir los índices de
enfermedad. Un estudio en México mostró que los hijos de padres presentes se
enfermaron 39 % menos que los de padres no presentes. Y llevaría también, creo
yo, a reducir el número de demandas por inasistencia alimentaria, que en lo que
va del año representan más del 5 % del total de demandas, equivalente a 29.313
casos, según la Fiscalía General de la Nación. O sea que solo hasta esta mitad
de año, ese mismo número de menores de edad se habrían podido sumar al coro de
Yolanda del Río, pues en vez de papasotes tienen “padres crueles que jamás
merecieron ser hombres”, y muchos de ellos pueden cantar al unísono “yo también
soy la hija de nadie, solo cuento con un apellido, tengo que agradecerle a mi
madre, a mi padre ni lo he conocido, creo que debe de ser un cobarde, de los
muchos que al mundo han venido”. Papasotes, espero que hayan tenido un feliz
día. A los otros, la última parte del coro: “Yo no entiendo por qué...”.
Opinión:
Este artículo me parece que tiene temas muy interesantes dentro d una
misma temática como lo es el nuevo rol del hombre en el hogar y en la crianza
de los hijos, hablo de nuevo rol porque
lo es, al menos, en nuestro país; la
generalidad de las personas verían esto
como algo malo, inaceptable en una sociedad tan machista como esta; que existan
tanto beneficios que trae consigo el que los hombres se conviertan en
papasotes, me parece que muy interesante y que tal vez de una manera indirecta
pueden ir cambiando y construyendo un mejor modelo de sociedad.
Me llamó mucho la atención de que esto no sea una simple cuestión
social y cultural, sino que tiene también una transcendencia biológica
importante, y son, como lo dice el artículo, el aumento de los niveles de hormonas
como: oxitocina y prolactina.
Y finalmente apoyo lo que dice Claudia cuando se refiere a que las
mujeres ahora somos quienes debemos dejar ser y hacer a estos papasotes, a
también cambiar el chip de que la maternidad y los niños son solo para nosotras,
ellos también pueden.

Foto: Internet
Fecha de consulta: 6 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 22 de junio de 2017
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