martes, 7 de noviembre de 2017

Claudia Isabel Palacios Giraldo



Claudia Isabel Palacios Giraldo es una periodista, escritora y presentadora colombiana, nació en Cali el 1 de octubre de 1997, Hasta los 15 años vivió en Palmira, luego se radicó en Bogotá donde estudió Periodismo y Comunicación Social en la Universidad Javeriana. Ha trabajado para CM&, Caracol TV, W Radio, Canal Capital y CNN. Autora de '¿Te vas o Te quedas?', y 'Perdonar lo Imperdonable'. Es directora de la franja informativa prime de El Tiempo Televisión y City TV. Actualmente radica en Bogotá con su hijo Pablo Martín Palacios.


Palacios recibió un premio por sus Logros Profesionales de la Cámara Junior de Colombia, en Palmira, fue declarada Mejor Presentadora de Noticias del Canal Caracol en dos ocasiones y fue seleccionada por la revista Fucsia como una de las cinco Mujeres Colombianas de 2004. Mejor periodista de América Latina en 2009, por AS Cámaras de Comercio de América Latina. Fue galardonada en México con el premio "Mejor dama de compañía" por el CELSAM (Centro de Estudios Latinoamericanos para la Salud de la Mujer) por sus reportajes en TV, acerca la prevención del embarazo en adolescentes. Y recibió el Premio Simón Bolívar en 2014 y fue Nominated Emmy Awards desde 2013 hasta el 2015.

Imagen relacionadaImagen relacionada  

                  Fotos: Internet



Vasectomía para machitos



Que no traigan más hijos al mundo quienes no pueden mantenerlos ni acompañarlos emocionalmente.

 
Róbinson Araújo es un desmovilizado al que las Farc sacaron de sus filas porque en realidad era un “simple traqueto”. Así lo dice un artículo sobre Tumaco publicado el 13 de mayo en la revista Semana. Aterrada por el dato de que Róbinson, a sus 45 años, tiene 16 hijos, lo llamé. Me contó que sus hijos son de 14 mujeres. Le pregunté si se haría la vasectomía para no traer más hijos al mundo, que no puede mantener ni acompañar emocionalmente.
Su respuesta fue que ha visto “muy enfermo” a un tío que se sometió a ese procedimiento y que “dejar a una mujer sin hijos es como dejar a un árbol sin frutos”. Pero aclaró, con tono de hombre responsable, que no se ha opuesto a las que han querido abortar, no sin antes advertirles que “donde come uno comen diez”.

Según la más reciente Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2015), aunque el 79,5 por ciento de los hombres en edad reproductiva saben que la vasectomía existe, solo el 5 por ciento se la han hecho, y el 10 por ciento han hablado de este método con un profesional de la salud. Pobres cifras, no obstante que el procedimiento, además de ser ambulatorio, está cubierto por el plan obligatorio de salud. Según el Ministerio de Salud, 62.000 hombres se hicieron la vasectomía en Colombia entre 2009 y 2016, a un costo de 18.000 millones de pesos para el sistema público.
Gran ahorro, ya que si esos machos valientes que desafiaron el mito de perder su virilidad por ‘cortarse los cables’ hubieran dejado abierta la fábrica, por cada hijo que tuvieran, y que no pudieran mantener, el Estado habría tenido que asumir un costo promedio de 52’670.014 pesos por subsidiar solo la salud y la educación de cada uno hasta los 18 años (cifras del DNP). Más de 3 billones de pesos en caso de que cada vasectomizado hubiera tenido un hijo más.
Prefiero que mis impuestos se usen en vasectomizar a esos machitos, igual que se esteriliza a los perros callejeros (a fin de cuentas, son un problema de salud pública)
Volvamos a los 16 hijos de Róbinson. El menor tiene 7 meses y el mayor, 29 años. Él no los ha podido mantener porque “el Estado no colabora”, dice. Y aun así, 6 han logrado graduarse del colegio y 3 estudian en el Sena. Róbinson me anuncia –me amenaza, diría yo– que tendrá más hijos si ahora que es desmovilizado el Estado le da una tierrita. Sueña con compartirla también con sus nietos, que ya son 8. Cuelgo el teléfono más exhausta que si me hubiera batido en la cama con este macho aparentemente irresistible, frustrada porque no logré ni dejarlo pensando en hacerse la vasectomía. Ruego que el próximo médico con el que se encuentre lo persuada hasta convencerlo de que eso sería lo mejor; y pido para que su ejemplo de pandillero, traqueto y 'pipí loco' no lo herede su prole.
Y dado que me explica que no es que él sea irresponsable, sino que esa es la tradición en el Pacífico, calculo el costo de subsidiar a los 3.408 bebés que nacieron en 2016 en ese municipio y concluyo que a ese ritmo nunca habrá luz al final del túnel para Tumaco. Decido por eso que prefiero que mis impuestos sean usados en vasectomizar a esos machitos, igual que se esteriliza a los perros callejeros –a fin de cuentas, son un problema de salud pública–. Y no hablo solo de los pobres de Tumaco, sino de otros, como algunos poderosos del estrato 6 que no necesitan subsidios pero le dejan a la sociedad el costo de no tener tiempo para criar a sus retoños, entre otras modalidades de paternidad irresponsable.
Así inicio este espacio quincenal en EL TIEMPO. Habitualmente les daré razones por las que creo urgente promover una política de planificación familiar audaz. Y no me hablen de derechos humanos, que no estoy sugiriendo violarlos.
¿En qué quedamos? Este video grafica cómo se hace una vasectomía:
Véanlo, sean machos y hágansela. Les aseguro, por experiencia, que quedan 1A.


https://youtu.be/vVCz_aPaB0s


 Opinión: 


Aquí, es claro que la planificación es algo también de los hombres, y que son ellos, sobre todo, quienes más podrían corroborar con el asunto, pero no mientras por más hijos esperen ayudas y beneficios del gobierno; de verdad me enoja este hecho, pero me enoja más el Estado y el gobierno porque es él quien hace que las personas piensen de esta manera; la vasectomía sería una excelente forma de evitar más embarazos no deseados, más vidas perdidas, más desesperanza, etc. Ojalá a los hombres que les encante estar con la una y con la otra, tomaran conciencia de la trascendencia que pueden llegar a tener las consecuencias de sus actos, que no solo lo afectan a él sino a todo el mundo.

Reportajes




Opinión: 


Este lo considero un muy buen trabajo periodístico, creo que no hay mejor forma de hacer evidente la cercanía que pueden llegar a tener los periodistas con las realidades de una población, de un país, es un verdadero trabajo de campo, de investigación, desde las fuentes más primarias, en busca siempre de la realidad de los hechos, de la objetividad y buscando también dar cuenta al mundo entero de una determinada situación. 


Fecha de consulta: 7 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 29 de abril de 2015

Crónicas de una paz posible






Opinión: 


Esta es una recopilación de crónicas de Claudia que me gusta mucho porque es precisamente el resultado de un largo trabajo investigativo y de su libro “perdonar lo imperdonable” que deja entrever una labor periodística hecha con suma responsabilidad y ética profesional; algo fundamental en el ejercicio periodístico. Además, que es una temática de una realidad, que no es muy agradable de mostrar y pocos periodistas se aventuran a hacerlo. Y eso lo admiro mucho más.


Fecha de consulta: 7 de noviembre de 2017
Fecha de publicación:  29 de septiembre de 2017

Papasotes



Que las mujeres dejen de pensar que el hombre no es capaz de cuidar a los hijos tan bien como ellas.


El informe ‘Estado de la paternidad en América Latina y el Caribe’ revela que dos de cada tres padres desean trabajar menos para dedicarles más tiempo a sus hijos, o sea, quieren ser 'papasotes'. Una buena señal en medio del estereotipo que asigna a la paternidad el rol de proveedor económico y a la maternidad, el de proveedora de cuidados.
El estudio cita otros estudios que mostraron que “los padres que mantienen interacciones cercanas, no violentas, con sus hijos viven más tiempo, tienen menos problemas de salud, son menos propensos al abuso de alcohol y drogas y más productivos en el trabajo”. Y que “cuando un hombre toma a su bebé en brazos, según la duración e intensidad del contacto, aumentan sus niveles de oxitocina y prolactina, hormonas que son análogas a las que liberan las mujeres cuando están lactando”.
¿Será posible llenarnos de papasotes? Habría que hacer tres cambios.
Primero, que los empleadores permitan ausentarse a los trabajadores cuando sus hijos se enfermen, tengan entrega de calificaciones, o para asistir a los controles y talleres prenatales, entre otras actividades.
Segundo, que las instituciones de salud creen ambientes más amigables para los hombres y traten a los padres como actores vitales de la gestación y crianza, en vez de como simples acompañantes de las mamás.
Tercero, que las mujeres se lo permitan, que dejen de pensar que el hombre no es capaz de cuidar a los hijos tan bien como lo hacen ellas. Estas son conclusiones del estudio arriba mencionado, que advierte que los permisos a los hombres redundarían en menos permisos para las mujeres, pues la crianza estaría repartida, y ello llevaría a que muchas de ellas no tengan que renunciar a sus empleos cuando se vuelven madres.
Que las instituciones de salud creen ambientes más amigables para los hombres y traten a los padres como actores vitales de la gestación y crianza, en vez de como simples acompañantes de las mamás
Sobre la segunda recomendación se da como ejemplo algo sencillo, como mostrar hombres con sus hijos en afiches, folletos y decoración de los centros de salud, y algo complejo, como ofrecer consultas prenatales en horarios nocturnos, adecuar las salas de parto para que los hombres siempre puedan estar presentes, o extender la licencia posnatal para hombres, incluso a 3 meses, como en Islandia.
Y ante la tercera recomendación, se insta a que las mujeres encuentren los beneficios de dejar que sus papasitos sean papasotes, es decir, que cambien pañales, saquen gases y ayuden a hacer tareas. Por ejemplo, una comparación entre parejas con y sin roles de cuidado repartidos arrojó que las mujeres cuyos cónyuges también se encargaban del hogar pudieron dormir una hora más al día.
Seguir estas tres recomendaciones reduciría el índice de castigo físico a los hijos, más infligido por mujeres que por hombres, dicen ellas que por el estrés de la crianza, derivado de la falta de apoyo de sus parejas para esta. También haría reducir los índices de enfermedad. Un estudio en México mostró que los hijos de padres presentes se enfermaron 39 % menos que los de padres no presentes. Y llevaría también, creo yo, a reducir el número de demandas por inasistencia alimentaria, que en lo que va del año representan más del 5 % del total de demandas, equivalente a 29.313 casos, según la Fiscalía General de la Nación. O sea que solo hasta esta mitad de año, ese mismo número de menores de edad se habrían podido sumar al coro de Yolanda del Río, pues en vez de papasotes tienen “padres crueles que jamás merecieron ser hombres”, y muchos de ellos pueden cantar al unísono “yo también soy la hija de nadie, solo cuento con un apellido, tengo que agradecerle a mi madre, a mi padre ni lo he conocido, creo que debe de ser un cobarde, de los muchos que al mundo han venido”. Papasotes, espero que hayan tenido un feliz día. A los otros, la última parte del coro: “Yo no entiendo por qué...”.


Opinión: 


Este artículo me parece que tiene temas muy interesantes dentro d una misma temática como lo es el nuevo rol del hombre en el hogar y en la crianza de los hijos, hablo  de nuevo rol porque lo es, al menos,  en nuestro país; la generalidad  de las personas verían esto como algo malo, inaceptable en una sociedad tan machista como esta; que existan tanto beneficios que trae consigo el que los hombres se conviertan en papasotes, me parece que muy interesante y que tal vez de una manera indirecta pueden ir cambiando y construyendo un mejor modelo de sociedad.
Me llamó mucho la atención de que esto no sea una simple cuestión social y cultural, sino que tiene también una transcendencia biológica importante, y son, como lo dice el artículo, el aumento de los niveles de hormonas como: oxitocina y prolactina.
Y finalmente apoyo lo que dice Claudia cuando se refiere a que las mujeres ahora somos quienes debemos dejar ser y hacer a estos papasotes, a también cambiar el chip de que la maternidad y los niños son solo para nosotras, ellos también pueden.


Resultado de imagen para papas cambiando pañales

                        Foto: Internet 


Fecha de consulta: 6 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 22 de junio de 2017




Conferencia (perdonar lo imperdonable)



https://www.youtube.com/watch?v=LowoUIpBwXg


Este video me inspira, me anima y me motiva no solo por su contenido temático sino porque es  este contexto el que me ayuda a encontrarle sentido a lo que estoy trabajando en la universidad, a cada uno de los temas y materias que veo; eso hace que haga las cosas con un grado mayor de responsabilidad porque sé que tendrá una trascendencia importante dentro de mi desarrollo profesional.
Fecha de consulta: 7 de noviembre de 2017                         Imagen relacionada
Fecha de publicación: 21 de diciembre de 2015


Entrevista (libro)




Esta entrevista me parece que deja ver otra faceta de Claudia Palacios como escritora y autora de uno de sus libros, y me gusta mucho como lo vinculo directamente con la labor periodística, ampliando un poco más el espectro del campo de acción periodístico.


Fecha de consulta: 7 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 7 de junio de 2017

Resultado de imagen para libro de claudia palacios perdonar lo imperdonable
Foto: Internet

La plata y ‘el gustico’



Las conversaciones sobre sexualidad son más urgentes que un 'quickie'.


Si solo el 3 % de las mujeres que abandonan el método anticonceptivo lo hacen por no poder pagarlo, si el costo de los anticonceptivos en Colombia está en la media de América Latina, si solo el 5,5 % de las mujeres con pareja estable y el 11,7 % de las sin pareja estable dicen no tener el acceso que quisieran a estos medicamentos, ¿por qué el 50,5 % de los bebés que nacen cada año en nuestro país son no deseados o no planeados?
Destacable que el Gobierno ponga en libertad vigilada estos productos, como lo hará en próximos días, para atender la demanda de quienes no pueden pagar por ellos. Pero este no es un tema de plata. Colombia incluye en el plan de beneficios de salud, antiguo POS, 9 de los 14 métodos anticonceptivos considerados esenciales por la OMS, pero enfatiza en métodos que van pasando de moda, como la T de cobre, la píldora o el condón, cuyos consumos van cuesta abajo.
Los métodos que generan mayor adherencia, como la T hormonal o algunos de los implantes subdérmicos, no están cubiertos. Y, aunque son más costosos para compra individual, podrían ser adquiridos con extraordinarios descuentos si Colombia recentraliza la planificación familiar, como lo hace con las vacunas. ¡Un implante subdérmico cuesta unos 150.000 pesos, mientras que a través del Unfpa –Fondo de población de Naciones Unidas–, donde lo compran México, Chile o Ecuador, ¡cuesta 10 dólares! Pero insisto en que el costo es un punto menor de este asunto.
El Minsalud dice que el 44 % de las ventas de anticonceptivos son gasto de bolsillo, aunque el 96 % de las mujeres están aseguradas y podrían, por ende, reclamar estos medicamentos a su EPS.
¿Por qué el 50,5 % de los bebés que nacen cada año en nuestro país son no deseados o no planeados?
El punto está, como siempre, en la educación. Educación para que a las niñas, desde antes de que tengan su primera menstruación, y los muchachos, al empezar su pubertad, sepan cómo se hacen los niños y entiendan que a pesar de su corta edad ya pueden traer un hijo al mundo, además de cuáles son las consecuencias de hacerlo.
Educación para que planificar no sea un permiso que el marido o novio tiene que dar, y educación para conocer el cuerpo. Resulta llamativo que el 43 % de las mujeres que en la encuesta de Demografía y Salud 2015 dijeron planificar con el método del ritmo no lo estaban haciendo bien. Con razón, hasta el 24 % de ellas quedaron embarazadas; como el 27 % de las que usaron como método el 'coitus interruptus'.
¿Qué hacer? Mientras el ministerio decide, ojalá, recentralizar la planificación familiar, el balón está en manos de médicos, enfermeros y EPS. La misma encuesta arrojó que el 80 % de las mujeres dicen que nunca les hablaron de esto cuando fueron al médico, y solo el 10 % de los hombres recibieron información al respecto en su consulta médica. ¿Qué están haciendo las EPS con la plata para promoción y prevención de la salud? Úsenla mejor, al menos por visión de negocio.
En Colorado (Estados Unidos) se redujo en 40 % el embarazo en adolescentes luego de una campaña que les dio gratuita y masivamente dispositivos intrauterinos a adolescentes y mujeres pobres. Reporta el NYT que por cada dólar invertido se ahorraron más de 5 en el programa de salud materna. Seamos francos, desde que empieza la pubertad sentimos el impulso de explorar el cuerpo.
Hablar a hijos, estudiantes y pacientes de cómo manejar ese deseo sin que la consecuencia sea un embarazo o una enfermedad de transmisión sexual no es invitarlos a la promiscuidad, es reconocer que aguantarse ‘el gustico’ es toda una proeza digna del inicio del camino a la santidad y que los embarazos no deseados derivan en frustración, menor desarrollo, más violencia, pobreza, inequidad de género, etc. O sea, esas conversaciones sobre sexualidad son más urgentes que un 'quickie'.

Opinión:

Nuevamente en este artículo se reafirma el planteamiento de que la educación es lo más importante, es la única y más efectiva herramienta para contrarrestar los principales problemas sociales; es hora de dejar los tabús y hablar de la sexualidad, que no es un tema ajeno para nadie, que es algo tan humano y biológico como respirar. Está es otra fuerte crítica a la educación y a todos quienes son los responsables de promoverla y garantizarla.



Resultado de imagen para mama conversando con su hija
                                     Foto: Internet
                                    

Fecha de consulta: 6 de noviembre de 2017
Fecha de publicación:  3 de agosto de 2017


Dar a luz como conejos



¿Qué medidas hay que tomar para que tantos jóvenes decidan asumir su sexualidad con responsabilidad?


Empieza el lunes la Semana Andina para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, una epidemia que en Colombia dejó 144.000 nacimientos en 2014.
Hablo por teléfono con Shelsin Rojas; escucho llorar a Luciana, a quien dio a luz el domingo, y también alcanzo a oír a Aaron Esteban, su hijo mayor, que tiene casi año y medio. Me cuenta que está aún adolorida por la cesárea y no quiere tener más hijos. Jéfferson, el padre de los niños, también dice que quiere parar ahí.


Aseguran que cuando se fueron a vivir juntos hablaban de tener un hijo cuando ella terminara el colegio, por eso Shelsin fue a su EPS, Famisanar Colsubsidio, a solicitar asesoría en planificación, pero dice que le pidieron una autorización de sus padres, con quienes ella nunca habló de estos temas por pena o miedo. Agrega que la negativa se repitió después del primer parto, cuando le dijeron que no le podían poner el implante subdérmico porque estaba lactando y que, aunque le dieron pastillas, no se las tomara porque las hormonas podían hacerle daño al niño. Y la tercera no fue la vencida. Pidió que cuando fuera a dar a luz a Luciana le hicieran ligadura de trompas, pero cuenta que primero le dijeron, esta vez en la clínica San José Centro, que solo podrían hacérsela con autorización de sus padres y que, cuando su madre firmó, le dijeron que le llevarían a cabo el procedimiento después de que ella hablara con un psiquiatra. El psiquiatra no estaba de turno.
A Shelsin le han negado 3 veces la posibilidad de planificar, ¿qué consecuencias deberían asumir el médico, las enfermeras, la clínica y la EPS que la han atendido o, mejor, desatendido?
Shelsin, a sus 16 años, con dos hijos, sin haber terminado séptimo grado, sigue siendo una mujer fértil; igual que Jéfferson, su pareja, de 23 años, ayudante de un taller de confecciones. A él le pregunto por qué no se ha hecho la vasectomía. “No he pensado en eso –me dice–. La trabajadora social del hospital me regañó, dijo que era mentira que Shelsin no pudiera planificar. Mi papá me advirtió que no fuera a dejar a mi novia embarazada, pero no creí que nos fuera a pasar. Y cuando pasó la segunda vez, ya no estábamos viviendo juntos... Es falta de que cuando uno estudia lo orienten, nunca me dieron una clase”.
Shelsin dice que a ella tampoco la orientaron, aunque reconoce que no le ha gustado mucho el estudio y por eso ha dejado varias veces el colegio. Ahora quiere validar y estudiar enfermería para tener con qué sacar adelante a sus hijos. “No fue culpa de nadie, fue culpa mía; mi papá estuvo muy pendiente de mí, pero...”. Yolanda, la mamá de Shelsin, la tuvo cuando tenía 18 años y dice que nunca imaginó que Shelsin fuera a seguir sus pasos. “Yo lo hice porque cogí la calle muy joven, mi mamá trabajaba todo el día y no nos podía poner cuidado. Yo tampoco estuve muy pendiente de Shelsin, me dio como rebeldía porque quería vivir mi juventud; ahora ella está pagando las consecuencias, debí estar más con ella, hablarle sin regaños ni malas palabras, pero es que ella empezó a coger malas amistades”.
Mientras los oigo pienso qué es lo que hay que hacer para prevenir este ciclo de reproducción no planeado, irresponsable e inconveniente para una sociedad con tantos desafíos por afrontar al mismo tiempo. Si es cierto que a Shelsin le han negado 3 veces la posibilidad de planificar, ¿qué consecuencias deberían asumir el médico, las enfermeras, la clínica y la EPS que la han atendido o, mejor, desatendido? ¿Qué medidas habría que tomar para que tantos jóvenes en situaciones similares se decidan a asumir su sexualidad con responsabilidad? Ante su inmadurez, desinformación y ligereza, me pregunto hasta qué punto debe dejarse que se reproduzcan libremente y me respondo que el derecho a ser libre pasa antes por el deber de ser responsable.


 Opinión: 


No hay nada mejor que escribir sobre un hecho contado de primera mano, porque cosas como estas me resultarían muy difícil de creer si no fuera así, es increíble como en el siglo 21 aún la mayoría de problemas y dificultades sociales tienen un casusa común y es la ignorancia, personalmente me parece increíble que un tema tan importante y tan trascendental en la vida de cualquier humano, del desarrollo de la sociedad e incluso desde lo teórico, la preservación misma de la especie, la reproducción, sea desconocido por fallas en el sistema educativo y estatal; esto es una alerta de que la mayoría de problemas sociales; la sobrepoblación, el hambre, la guerra, etc. Son simplemente problemas educativos; la importancia de una buena educación en los jóvenes, en los niños y en todos los ciudadanos se evidencia en estas situaciones donde se comete un error tras otro, de generación en generación.

Resalto que lo que me gustó del artículo fue el hecho de ser una historia concreta y especifica que ejemplifica de manera muy clara la situación de un país.


Fecha de consulta: 6 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 14 de septiembre de 2017


¿Y los derechos de la mamá?



Qué pasa con los padres que afrontan la realidad de tener un hijo que será dependiente toda la vida.


Los ministerios de Salud y Educación cumplieron en junio con la sentencia de la Corte Constitucional que ordenó reglamentar el proceso para garantizar los derechos sexuales de las personas en condición de discapacidad y llevar a lectura fácil el fallo que prohibió la esterilización de una menor de edad con síndrome de Down a quien su mamá pedía practicar este procedimiento, ya que el método anticonceptivo implantado le provocó reacciones adversas. Se da por entendido entonces que, dentro de un año, cuando la joven sea mayor de edad, luego de ver esta imagen: http://aprende.colombiaaprende.edu.co/sites/default/files/naspublic/ambientes_aprendi/repositorio_recursos/lecturafacil.pdf pueda decidir si quiere tener hijos o no y cómo quiere su vida sexual.
Aunque la reglamentación se acoge a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, basada en el principio “Nada sobre nosotros sin nosotros” y la cual determina que los “déficits de capacidad mental no deben utilizarse como justificación para negar la capacidad jurídica”, me pregunto si no se le está vulnerando algún derecho a la madre de la joven. Ella, preocupada por la posibilidad de sumar un embarazo no planeado a las complejas condiciones de un hogar humilde en el que brindarle los cuidados adecuados a una persona con síndrome de Down es ya un desafío, decidió que lo mejor era eliminar la posibilidad de concebir.

¡Cómo no entender a la madre de la niña!, por supuesto que esterilizar a su hija no la blinda de ser violada, pero sí evita un potencial empeoramiento de su situación.

Una búsqueda rápida me muestra casos recientes en Cota, Guapotá, Neiva y Montenegro en los que hombres abusaron de mujeres en condición de discapacidad.
En uno de esos casos, la víctima quedó en embarazo; su bebé, que también nació con discapacidad, fue dado en adopción al Bienestar Familiar. El Instituto de Medicina Legal dice que de los 21.399 casos de presunto abuso sexual reportados en 2016, 1,4 por ciento fueron en personas con discapacidad. ¡Cómo no entender a la madre de la niña!, por supuesto que esterilizar a su hija no la blinda de ser violada, pero sí evita un potencial empeoramiento de su situación. Además, dado que la joven probablemente no pueda cuidar de un hijo, se estaría de facto obligando a la madre a hacerse cargo de un bebé que no quiere tener. Me pregunto si una persona con discapacidad cognitiva avanzada puede, aun con métodos de información adaptados a su condición, entender las implicaciones de tener sexo sin protección y de traer un hijo al mundo. ¿Acaso sus hijos no tienen derecho a tener padres que puedan brindarles completo apoyo?

Representantes de EPS, clínicas, médicos y organizaciones que representan a personas con discapacidad discutieron el contenido de la resolución y coinciden en que este es un avance que no se debe ver en función de los casos más complejos, sino como solución a la constante discriminación a la que están sometidos alrededor de 3’100.000 colombianos en condición de discapacidad. Cuando no los ven como asexuados, los ven como hipersexuados. Eso pensó Olga Montes, representante ante el Consejo Nacional de Discapacidad de organizaciones con discapacidad múltiple, cuando salió de su más reciente consulta al médico con una orden de tubectomía (ligadura de trompas) sin que este siquiera le hubiera preguntado si consideraba planificar de esa forma.
Si bien un sondeo hecho a jóvenes con discapacidad, que recibieron de Profamilia información sobre planificación familiar adaptada a sus necesidades, arrojó que la mayoría cree que tener hijos no es lo más conveniente para ellos, no puedo dejar de pensar qué pasará con los que sí quieren y con los padres de algunos de ellos que ven en la esterilización una opción para afrontar la realidad de tener un hijo que va a ser su dependiente toda la vida.


Opinión:


Desde mi punto de vista, siendo consciente del derecho que tiene todo ciudadano a reproducirse, creo que a las personas con enfermedades y problemas cognitivos tan complejos, como el síndrome de Down, el Estado no debería permitir su reproducción por respeto a otros derechos, derechos por ejemplo de tener unos padres aptos para cuidar de sus hijos, yo siempre voy a insistir en la calidad de vida y considero que una persona con tantos problemas y que de hecho es completamente dependiente de otra persona, no está en capacidad física y psicológica para cuidar de alguien más que no sea de sí mismo, además que genéticamente sus hijos tiene una alta probabilidad de nacer con problemas y esto tampoco lo considero justo y en este caso en particular, que es de una mamá preocupada para algo que puede llegar a pasar y que ella al final tendrá que ser la responsable, cosa que tampoco considero justa. Me parece, pues, interesante la crítica que hace Claudia en este caso y como argumenta bajo su conocimiento este tipo de situaciones. 


Fecha de consulta: 5 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 6 de julio de 2017


Entrevista a Vicky Dávila


https://www.youtube.com/watch?v=q-Rdsu9lSdE

Opinión:


Esta entrevista es una de mis favoritas de Claudia Palacios y no precisamente ni por su temática ni por su contenido en cuanto al tema que se pretende esclarecer, sino por como la empieza y la continua, no debe de ser muy fácil o sencillo llevar a cabo una entrevista de este tipo a una colega,  la también periodista Vicky Dávila, manteniendo siempre presente que lo que haría sería ejercer su labor periodística sin importar quien fuese Vicky en la calle para ella como colega o incluso como amiga; dejó clara que ante estas circunstancias siempre irá primero su ética profesional como buena periodista.


Fecha de consulta: 7 de noviembre de 2017
Fecha de publicación:  21 de junio de 2016


Incoherencias del imperio


Muchos de esos inmigrantes llegan allá como consecuencia de embarazos no planeados

Durante los 8 años que viví en Atlanta, mientras trabajaba para CNN en Español, conocí cientos de casos de migrantes que buscaban realizar el llamado sueño americano. Por esa experiencia, más la de haber cubierto el voto hispano en las elecciones que llevaron a Barack Obama por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos, tengo el conocimiento para decir que muchos de esos inmigrantes, hoy más indeseados que siempre, llegan allá como consecuencia de embarazos no planeados.
Me explico: entre los migrantes abundan las historias de mamás hispanas que trabajan en lo que salga con tal de ganar plata para enviarles a sus hijos, a quienes han dejado al cuidado de las abuelas; o las de padres que dejan a su familia en algún pueblo de América Latina con la promesa de volver en cuanto completen los dólares suficientes para construirles una casa; o las de jóvenes que se aventuran a conquistar un mundo nuevo, hartos de no tener opciones de trabajo o estudio. Gente que migra para tener cómo mantener a otra gente que ha traído o que los ha traído al mundo como por inercia, esa que deriva de lo que nos enseñan en primaria: los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. ¡La reproducción como un paso obligatorio del ciclo de la vida!

“Es una incoherencia de Estados Unidos que, mientras refuerza leyes para expulsar a los migrantes, restablezcan la norma conocida como 'Gag Rule'”

Según Unfpa, en América Latina y el Caribe nacen por año 3,6 millones de bebés de adolescentes, y, según Guttmacher Institute, si estas niñas tuvieran acceso idóneo a anticonceptivos, la cifra bajaría en un 1,2 millones. Es decir, un potencial enorme de menos ciudadanos con necesidades insatisfechas que acudan a la migración como opción para salir de la pobreza. Por eso creo que es una incoherencia de Estados Unidos, y especialmente de cada gobierno republicano, que mientras refuerzan leyes para expulsar a los migrantes o dificultar el ingreso de nuevos migrantes, restablezcan la norma originalmente llamada Gag Rule, que prohíbe la destinación de fondos de EE. UU. a organizaciones fuera de ese país que ofrezcan información o servicios de aborto. En la era Trump, esta norma es llamada Global Health Program y comprende también a agrupaciones que promuevan campañas contra el zika y el VIH.

En Colombia, la organización afectada es Profamilia, que deberá terminar un año y medio antes de lo previsto un proyecto de 2 millones de dólares financiado por Usaid en 10 municipios, el cual tiene como objetivo disminuir en 2 puntos porcentuales la tasa de embarazo en adolescentes. No ofreciéndoles como prioridad el aborto, sino educando a jóvenes, mujeres y gobiernos locales en derechos sexuales y reproductivos. En Fundación, Magdalena, donde se hizo el piloto de ese proyecto, el embarazo en adolescentes es de 33 %, casi el doble del nivel nacional.

Los resultados mostraron que tras dos años de trabajo, la fecundidad bajó de 2,6 a 2,4 hijos por mujer, el uso de anticonceptivos aumentó del 73 al 76 % y el conocimiento comprensivo sobre el VIH sida, del 23 al 30 %. Resultados nada despreciables, que serán arrojados a la caneca por causa del dichoso Global Health Program.

Es claro que esta decisión es producto de la presión de organizaciones antiaborto, pero qué tendrá que pasar para que quienes están en contra del aborto con el argumento de que es una violación del derecho a la vida del que está por nacer vean la relación entre la falta de acceso al aborto seguro y la llegada de migrantes a los que muchos en EE. UU. les niegan o les pretenden negar otros derechos.

Estados Unidos, un país que pone sus recursos económicos y talento para combatir epidemias como la gripa aviar en todo el mundo, debería ver el embarazo en adolescentes como otra de esas epidemias de las tantas que dicen que amenazan su seguridad e identidad.

Opinión: 

Este articulo me gustó porque me abre el espectro de un problema tan controversial como los migrantes, me deja entre ver que es un problema mucho más profundo y que puede tener sus raíces no solo en los embarazos no deseados, sino que puede también haber otras, muchas causas y que se debería partir es de la raíz de los problemas para combatirlos, acabarlos si eso es lo que se quiere.
Una vez el aborto, parece ser una salida, una solución a muchos problemas en el mundo y que con seguridad si el Estado y la Iglesia lo apoyaran muchísimas mujeres lo harían, mujeres que hoy no lo hacen por temor a la ley o al pecado.
No necesariamente se tiene que decir “aborten” no, pero entonces por lo menos debería de ser una exigencia educar en ese ámbito, educar en la prevención y la anticoncepción; la mayoría de embarazos se pueden prevenir y tal vez así lo jóvenes no terminarían trabajando duro en EEUU o cualquier otra parte para mantener a alguien que nunca desearon, eso no es justo ni para ellos ni para sus hijos ni para nadie. La vida es una, corta y efímera como para vivirla mal.



Resultado de imagen para anticonceptivos
                                Foto: Internet 



Fecha de consulta: 5 de noviembre de 2017
Fecha de publicación:  17 de agosto de 2017





Avances y pendientes



25 % de la población quiere cárcel para quienes abortan. Vaya manera de meterse en nuestras cobijas.

Hoy es el día de la acción global por el aborto legal y seguro, a propósito del cual la ONG Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres contrató la primera encuesta nacional sobre percepción del aborto. Y no obstante que la organización nota algunos avances en cuanto a aceptación de los casos en que la Corte Constitucional despenalizó el aborto, hay resultados que indican que aún falta un largo camino por recorrer para que las mujeres puedan acceder libremente y de manera segura a ejercer el derecho al aborto. Sí, es un derecho en tres casos, léase y entiéndase bien, no un delito ni un pecado.
Empecemos por los avances. La encuesta, realizada por Cifras y Conceptos, muestra que ante la pregunta ¿el aborto debe ser una decisión libre de la mujer? el 47 % respondió que sí, mientras que a la misma pregunta hecha en una encuesta de 2009 solo el 32 % dijo que sí. Además, al preguntar sobre quiénes deben intervenir en la decisión, un 62 % dice que solo la mujer, y solo un 1 por ciento dice que la Iglesia tiene velas en ese entierro. Bien.

De aquí en adelante vienen los pendientes. El 15 % de los consultados cree que no está bien que una mujer no quiera tener hijos. ¡Hágame el favor!, como si las que no son madres no pudieran ser de gran utilidad para la sociedad. O sea, como gallinas ponedoras que cuando dejan de poner las mandan a la olla del sancocho. Y a pesar del fallo de la Corte, un 14 % no cree que el aborto en caso de malformación del feto deba estar despenalizado, igual que rechaza la despenalización el 12 % de los encuestados cuando la vida de la mujer esté en riesgo, el 19 % si es un embarazo producto de una violación y el 18 % si es la salud mental de la mujer la que está en riesgo. O sea, nos prefieren lisiadas, locas o deprimidas antes que abortantes, aunque el hijo no sea de ellos. Habráse visto esa manera de metérsele a uno entre las cobijas, nada sutil; eso me huele a violación virtual. ¡Fuchi de acá!

“El 15 % de los consultados cree que no está bien que una mujer no quiera tener hijos. ¡Hágame el favor! “

Pero la ‘tapa’ de los resultados está en que el 25 % de los encuestados considera que las mujeres que decidan interrumpir voluntariamente el embarazo deben ir a la cárcel. Ajá, como en El Salvador, donde hay mujeres que purgan penas de prisión por haber abortado fetos de sus violadores. Es el caso de Evelyn Hernández, una estudiante salvadoreña de 18 años que tuvo un aborto espontáneo tras haber sido violada varias veces por un pandillero. La jueza –sí, una mujer– la condenó a 30 años de cárcel por homicidio agravado, que porque no buscó atención prenatal. Hacia allá parece querernos llevar esa cuarta parte de la población colombiana. Dicho esto, me parece preocupante que solo 41 % de los encuestados considere importante que su candidato favorito a la presidencia defienda el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, y que solo un 41 % de las personas reciba información sobre este derecho a través de un centro de salud, el resto se informan por el ‘run run’ de medios, redes y amistades.
Voy a las cifras más recientes del Ministerio de Salud. En 2014 hubo 6.593 nacimientos en niñas de 10 a 14 años; o sea, todos por violación; y 144.031 en adolescentes de 15 a 19, que, por supuesto, no estaban preparadas para criar, ya que ni las habían terminado de criar a ellas mismas. A nadie se puede obligar a abortar, entiendo que el ‘remedio’ –entiéndase aborto– puede resultar peor que la enfermedad –entiéndase, violación, por ejemplo, NO HIJOS– porque un aborto puede ser muy traumático, pero estoy segura de que muchas de estas chicas, si hubieran tenido acceso a información correcta, sin prejuicios, hubieran decidido dejar la maternidad para cuando pudieran ejercerla de manera que les garantizaran a sus hijos unas condiciones básicas de bienestar.

 Opinión:

En este artículo Claudia utiliza un lenguaje muy coloquial que a veces me resulta incómodo de leer, sin embargo, creo que hacen que el escrito sea más allegado y por lo tanto lo haga sentir más cercano. Cuando lo leí me di cuenta de que aún falta demasiado para llegar a concebir una sociedad donde las mujeres tengan mayor autonomía con sus vidas y con sus cuerpos; el aborto lo considero un asunto del cual solo deben de intervenir la pareja o en su defecto solo la mujer, cuando es un caso de violación, creo que un hecho tan trascendental sobre todo para la vida de una mujer como lo es tener un bebé, solo debe de suceder cuando ella lo decida y cuando se sienta prepara en todos los aspectos necesarios, no cuando por violación la ley la obligue a hacer algo más que no quiere.
Y leer este texto me ayuda a dejar claro que es y será complicadísimo conseguir una sociedad NO machista, donde las mujeres jueguen un rol diferente al de concebir hijos, donde no se vea ni entienda por no tener hijos, una mujer incompleta; donde sencillamente tener hijos sea una elección y no tenerlos otra, igual de válidas las dos.





Resultado de imagen para si al aborto

                                 Foto: Internet




Fecha de consulta: 5 de noviembre de 2017
Fecha de publicación:  28 de septiembre de 2017


Objeción presidencial y exclusión ministerial



En carta al Senado, Minsalud calificó el proyecto de la Ley Sara como inviable e inconveniente.


En el momento de escribir esta columna, el Presidente está objetando la ley que incluyó los tratamientos de fertilidad en el plan de beneficios públicos de salud, por cierto llamada por sus promotores Ley Sara, en alusión a la esposa de Abraham a la que Dios hizo fértil a los 90 años. (Raro eso de que en un Estado aconfesional las leyes refieran a relatos bíblicos.)

No se entendería que siendo tan contundente el concepto del Ministerio de Salud, el Presidente no la objete. En carta al Senado, Minsalud calificó el proyecto como inviable e inconveniente. Y en respuesta a un cuestionario de la Corte Constitucional, indicó que el impacto fiscal de costear estos procedimientos solamente a las 52.000 parejas del estrato 1 que podrían tener algún grado de infertilidad sería de 2,5 a 3,6 billones de pesos. Ante tal panorama, el Ministro de Salud no solo plantea que la cobertura debe seguir haciéndose a través de fallos judiciales, según cada caso, sino que está pensando en proponer que estos tratamientos queden en la lista de exclusiones del plan de beneficios de salud, y del reciente estrenado ‘mipres’, la plataforma en la que los médicos pueden prescribir a su paciente el tratamiento que consideran que necesita, sin que el comité técnico de la EPS interfiera.

“Destinar recursos públicos para traer más niños pobres al mundo me parece una crueldad con esos niños, y una presión peligrosa a un Estado que ya es incapaz de garantizar derechos básicos”

La Corte en sus fallos sobre este tema habla de garantizar el derecho a la salud, pues desde que la OMS declaró que la infertilidad es una enfermedad aunque no cause la muerte, reproducirse es un derecho. Y también habla del artículo 42 de la Constitución, que dice que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, y por ende hay que garantizarle a la gente, aunque sea infértil, que tenga familia. Ya veremos qué dice el alto tribunal cuando las que pidan tratamientos de reproducción asistida sean familias de homosexuales. Apuesto a que no faltará quién pida un cambio de la Constitución para que el núcleo de la sociedad no sea la familia, sino el individuo.

Lo cierto es que en aras de dar dichas garantías, y de la equidad, la Corte ha ordenado, por ejemplo, inseminación in vitro para una mujer que no trabaja y su esposo, que gana el salario mínimo. ¡Qué cosa más irresponsable!, el mismo Artículo 42 dice que la pareja deberá sostener a sus hijos mientras sean menores. No creo que con un salario mínimo pueda cumplir idealmente esa tarea. Si nacen sin ser planeados o deseados, a criarlos lo mejor posible, pero que haya que destinar recursos públicos para traer más niños pobres al mundo me parece una crueldad con esos niños, y una presión peligrosa a un Estado que ya es incapaz de garantizar muchos de los derechos básicos. No hablo de eugenesia. Me parece igual de cruel con posibles hijos de mujeres pudientes y cincuentonas que piden tratamientos de fertilidad para “empezar una nueva vida”, como si los hijos fueran una crema antiarrugas.

Sé que muchas mujeres no se sienten completas si no tienen hijos, pero presumo que en muchos casos esto es producto de estereotipos machistas o retrógrados, que ven a la mujer como un aparato reproductor. Prefiero que el Estado les garantice otras opciones de proyecto de vida, en vez de estos tratamientos, que en ocasiones son excusas para que la pareja no las deje por otra.

Cecolfes, el centro de reproducción del pionero doctor Elkin Lucena, dice que la infertilidad aumentó en el país un 4 por ciento en la última década. Siendo así, resulta por lo menos extraño que Colombia haga solo 3.500 tratamientos de infertilidad por año, y eso que hay 33 centros de fertilidad –hace solo 3 años había 22–, a pesar de que solo hay una escuela de especialización. ¡Raro!, y ojo que, en Argentina, después de promulgada una ley de fertilidad similar a la aprobada por el Congreso colombiano, los tratamientos pasaron de 10.000 a 20.000 por año. Presidente, mientras vemos dónde está la bolita, ¿puede objetar la ley?

Opinión: 

Este artículo lo relaciono mucho con el anterior porque finalmente en ambos a lo que se está haciendo alusión es a la calidad de vida, en los artículos yo estoy completamente de acuerdo con Claudia, me gusta mucho su sinceridad y su forma de expresarse frente a estos hechos que yo, en mí caso también encuentro irrazonables; me parece que este es un acto de irresponsabilidad por parte del Estado y de las mismas parejas y mujeres que estando en condiciones inapropiadas para tener un bebé, quieren hacerlo; no tiene sentido para nadie, traer niños al mundo a sufrir, a aguantar hambre, soportar carencias de todo tipo, falta de oportunidades en un país incapaz e incompetente de satisfacer las necesidades mínimas y básicas de sus ciudadanos. Reconozco cuán importante es la familia, pero la familia bien constituida en todas sus dimensiones, una familia no es simplemente reproducirse y traer más seres humanos al mundo, una verdadera familia implicada demasiadas otras cosas. No con esto quiero negar el derecho a todo pareja y mujer a ser mamá o papá y procrear, reproducirse y contribuir con la preservación de la especie -rol que considero todo el mundo se ha tomado muy “a pecho”-  pero sí creo que es importantísimo autoevaluarse y preguntarse a sí mismo si realmente se encuentra en condiciones aptas de traer un nuevo ser al mundo. Ojalá algún día todas adquiramos esa consciencia y pensemos objetivamente sobre la realidad de las cosas y sea entonces cuando tomemos decisiones asertivas y prudentes tanto con nosotros mismos como con los demás.



1.     Fecha de consulta: 6 de noviembre de 2017
Fecha de publicación: 20 de julio 2017


Atenuantes del pecado de abortar


Resultado de imagen para si al aborto



La Iglesia debe reconocer que el derecho canónico perdona el aborto en 10 causales.


Sé que es mucho pedir, que de hecho Francisco ya tiene fuertes contradictores dentro de la Iglesia por pronunciarse de manera comprensiva sobre aspectos de la condición sexual y de la familia, pero qué conveniente sería para las más de 320.000 mujeres colombianas que cada año dan a luz hijos que no han planeado o que no quieren tener, que el Papa de la misericordia hablara fuerte y claro sobre lo que dice el derecho canónico respecto al aborto.
Yo no lo sabía, me lo dijo un sacerdote teólogo, que me pide no revelar su nombre para no meterse en líos con su comunidad. Entre otras cosas, porque, como él mismo dice, hablar de esto no es estar a favor del aborto ni promoverlo, sino decir esa verdad que la mayoría de los sacerdotes y la alta jerarquía de la Iglesia, según él, se niegan a divulgar por miedo a perder el control sobre la conciencia de las personas.
Si bien el derecho canónico impone la peor sanción para el aborto, que es la excomunión automática, contempla, no solo para el aborto sino para todos los delitos, 10 causales para que las sanciones no sean aplicadas o para que al menos sean atenuadas, es decir, más causales que las tres contempladas por la Corte Constitucional para despenalizar el aborto. Los cánones 1323 y 1324 (http://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P4U.HTM) lo explican de manera sencilla. “No queda sujeto a pena quien cuando infringió una ley o precepto aún no había cumplido 16 años”. Me pregunto si eso lo sabían las 5.503 menores de 14 años que dieron a luz en 2016 y quizá decidieron tener esos bebés –todos, producto del delito de tener sexo con menores de 14 años–, por temor a convertirse en pecadoras si abortaban. Y es aún más audaz el derecho canónico al advertir que queda atenuada la pena “si el delito se comete coaccionado por miedo grave, aunque solo fuera relativamente, o por necesidad, o para evitar un perjuicio grave, si el delito es intrínsecamente malo o redunda en daño de las almas”.
“Así como la Iglesia pidió perdón a Galileo, por condenarlo por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, un día tendrá que pedir perdón a las mujeres”
Agrega luego que la pena solo puede ser aplicada si hay plena imputabilidad, es decir, si no hay circunstancia que reduzca la responsabilidad de quien comete el delito. Ahora bien, en el Catecismo, artículo 3 - 1735 (http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s1c1a3_sp.html), el Vaticano dice que “la imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales”.
Es decir, si una mujer decide abortar por temor a las consecuencias para su vida de traer un hijo no deseado al mundo –expulsión de la familia, posibilidad de retirarse del estudio, incapacidad para mantenerlo, o la que sea–, no es imputable, y no solo eso, sino que, aunque ante los ojos de los cánones, objetivamente cometió un pecado, ante los ojos de Dios, subjetivamente, no es una pecadora y, por ende, ni siquiera tendría que ir a confesarse por ello.
Este es uno de los temas que la ONG Católicas por el Derecho a Decidir incluirá en la carta que prepara para el Papa. Dicen que “el problema no es Francisco, sino la pesada estructura eclesial”, y que así como la Iglesia pidió perdón a Galileo, por condenarlo por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, un día tendrá que pedir perdón a las mujeres por hechos que van desde la promoción de la ‘cacería de brujas’, en tiempos de la Inquisición, hasta haber ocultado y distorsionado información fundamental para que quienes practican con fervor y convicción la fe católica puedan liberarse de miedos y culpas por tomar decisiones, como la de abortar.

Opinión: 

Cuando leí este artículo me sentí feliz, libre, diferente, tranquila y no me sentí “única o rara” por pensar y tener ese mismo concepto que ella respecto a un tema tan controversial como lo es el aborto, yo apoyo el aborto porque amo la vida, amo la calidad de vida; tuve la fortuna de nacer en una familia que me lo ha dado todo y me ha permitido disfrutar mucho la vida pero soy consciente de que hay muchas personas en el mundo que por ser producto de un “ratico”, una violación o de cualquier otra circunstancia no deseada, no han tenido una buena vida, han venido al mundo a sufrir y pagar por los errores de sus padres, y eso no me parece justo; lo mismo creo que si es en el caso de un feto con problemas, no considero justo traer al mundo a seres destinados a sufrir sea por la razón que sea. Quisiera pensar que un día todas las mujeres del mundo son mamás porque esa fue su elección, porque lo desearon y porque les pueden brindar todos los cuidados, amor y requerimientos que necesita un ser para disfrutar el milagro de la vida como se lo merece, nadie debería de venir al mundo sufriendo, todos tenemos el derecho de ser felices desde que nacemos. Y finalmente, creo que si la iglesia analizara el tema y se atreviera a verlo desde otras perspectivas contribuiría mucho más en una sociedad como la actual. Cabe aclarar que tampoco estaría de acuerdo que se convirtiera en algo rutinario entre mujeres abortar, que, por descuidos, imprudencias e irresponsabilidad entonces lo hicieran constantemente, NO, también es necesario adquirir responsabilidad y consciencia de los actos que se cometen.
Tal vez sea una romántica al pensar que, con el aborto, con el hecho de que todos quienes poblamos el mundo de alguna manera fuimos deseados, eso nos hará ser más felices y no permitirá que más personas mueran de hambre, desnutrición, abandono, descuido y demás males no deseados presentes en la humanidad.
En definitiva, haber leído este artículo me hizo sentirme más segura de mi pensar y de mi manera de ver la vida y de tomar este tipo de temas, de los que, la mayoría prefiere ni hablar.


Resultado de imagen para si al aborto
                                                      Foto: Internet


    

 Fecha de la consulta:  5 de noviembre d 2017
Fecha de la publicación:  31 de agosto 2017


La niñez que me sirvió ¡Cuánto potencial desperdiciamos al inculcar a las niñas que es una prioridad ser hermosas!


“Muchos padres ignoran que cruzan la línea entre enseñar a sus hijas a ser femeninas y enseñarles a ser objeto de adorno y complacencia”


¡Cuánto potencial desperdiciamos al inculcar en nuestras niñas, incluso inconscientemente, que una prioridad es que les digan qué hermosas son! ¡Cuánta inseguridad les creamos! Tengo la suerte de tener una madre adelantada a su tiempo que, cuando me sorprendía mirándome mucho al espejo, congraciada porque me lanzaban un piropo o enojada porque no ganaba el reinado de la cuadra del barrio –que tenía por premio una corona de cartón a la que le pegábamos flores de un árbol de calliandras–, me decía con amorosa cantaleta: “La belleza se acaba, Claudia. Cultive su cabeza y su corazón”. Y mientras veo cómo el tiempo va dejando huella en mi cuerpo, oigo sus palabras como un eco, y le agradezco. Esas marcas de la vida que otras mujeres quieren borrar a mí me hacen sentir más fuerte y más libre.
De niña también aprendí que: “Con llorar no solucionas nada”; así me decía mi papá cuando la rabia o las frustraciones me sobrepasaban. ¡Cuántos malos ratos me ha ahorrado esto en mi vida profesional y personal!, ha sido una ventaja enfrentar los problemas con argumentos en vez de con pucheros, drama y marrulla.
Hay dos cosas que no me enseñaron, pero que he ido aprendiendo. Decir no, algo difícil, aunque uno quiera hacerlo. En ocasiones, los buenos modales aprendidos en la niñez chocan con circunstancias o con personas muy hábiles que requieren respuestas menos ‘señoriteras’ o estrategias y actitudes que evidencien que el respeto por la autoridad no equivale a aceptación.
La vida también me ha mostrado las ventajas de la solidaridad de género, en contraste con ese vicio morboso de descuerar a las congéneres, con eso que llaman chisme, y que somete a otras mujeres a un escrutinio innecesario, destructivo y excluyente. Una infancia libre de la distracción de la belleza, los mimos, las complacencias y el corrillo empodera a las niñas para que sean mujeres que brillen como profesionales, madres o esposas, si eso deciden ser. No aceptarán discriminación en el trabajo y competirán en franca lid; y buscarán una pareja que las valore y respete, en vez de una que las mantenga.

Opinión: 

Este es uno de mis artículos favoritos de Claudia, no porque sea muy estructurado y pensado si no porque habla de un acontecimiento y de un hecho actual que me parece muy triste y que me deja con muchas cosas por pensar, y, además considero que deja unas bonitas reflexiones dignas de ser aplicadas en la vida de cualquier persona.
Hoy en día vivimos en una época impregnada por un consumismo salvaje en todos los aspectos, en la comida, ropa, joyas, fiestas, lujos… pero solo se consumen ese tipo de cosas, no se consume amor, inteligencia, cariño, conocimiento, solidaridad, humildad, valores; infortunadamente eso es lo que está sucediendo con la niñez, naturalmente los padres están trasmitiendo ese mundo de apariencias a sus hijos, y lo digo desde mi propia experiencia, cuando tengo la posibilidad de compartir con algunos primos, en definitiva quedo atónita ante el desperdicio en todo, el consumo y la crianza de sus mismos hijos, ¿cómo explicar que una niña de diez años y otra de seis, se miran al espejo, se aprietan su abdomen y dicen: “que horrible estar gordas”  y son dos palillos? Y lo más triste del caso es que no es un problema de ellas, es un problema social y cultural y, pues, si tu propia mamá todo el tiempo te está recordando que debes mantener el abdomen apretado, ¿cómo esperar que las niñas no piensen desde ya así? ¿por qué no mejor insistirles en que leer libros no engorda? ¿por qué no insistir mejor en que no se van a ver más hermosas por su abdomen vacío sino por su cerebro lleno?
Las mamás se mueren por vestirles como ellas, no voy a decir que es de mal gusto, de hecho, todo lo que les ponen es hermoso, pero no estoy de acuerdo como lo dice Claudia con vestirles como grandes, las etapas se dan progresivamente, si son niñas pues se deben vestir como tal y con seguridad se seguirán viendo hermosas. ¿qué afán con vestirles como se tendrán que seguir vistiendo toda la vida?

la crítica constructiva para mí, que hace Claudia es muy oportuna sobre todo en estos días, invitar a los padres de familia especialmente a que revisen cómo quieren realmente educar a sus hijos, a sus hijas, si en un mundo de apariencias hueco o un mundo interior lleno.
Me gustan mucho las reflexiones que hace, especialmente “con llorar no solucionas nada” porque en mi casa también me han enseñado mucho eso, a veces, me falta ponerlo en práctica, pero siempre lo intento y lo tengo presente. Es una pequeña frase con un sentido bastante profundo que invitan a accionar y tomar el control de aquellas situaciones que no son buenas y que nos afectan de alguna manera, las cosas por inercia nunca se solucionan, siempre necesitan de nuestra intervención para mejorarlas o empeorarlas, pero todo está bajo nuestra responsabilidad.


                               Resultado de imagen para niñas de 5 años vestidas como grandes              Resultado de imagen para niñas de 5 años
                               Foto: Internet                         Foto: Internet


1.     Fecha de consulta: 5 de noviembre de 2017

Fecha de publicación: 12 de octubre de 2017